La conocí en mi adolescencia y desde ese
entonces la consideré mi amiga, al punto de tratarla como a una hermana, yo fui
quien inició la amistad, le veía sola y siempre he sido de las personas que me
gusta que los demás no se sientan solos, quizás porque a mí misma no me gusta
estar sola, yo tenía mi grupo de amistades al cual se integró y pues pasaron
los años y la amistad continuo. Recuerdo
que una vez vi a su novio montarle los cuernos, lo cual le conté de inmediato,
pero ella prefirió creerle a su novio en vez de a mí, hasta que finalmente un
día ella lo vio con sus propios ojos, pasado el tiempo ellos volvieron a pesar
que él le había sido infiel, y otra vez rompieron, ya una vez graduadas de la
universidad me dice que se casaría con el susodicho en cuestión, no me parecía
pues sabía que el tipo era un Don Juan de primera, sin embargo ella decía y
juraba que había madurado, así que le dije: “Bueno amiga si eres feliz pues me
alegro por ti”, en resumidas cuentas el tipo la dejó con los crespos hechos,
como novia de pueblo, vestida y alborotada, ella sufrió mucho y a partir de
allí decía que quería irse del país porque la nación no servía para nada y
porque estaba convencida que no habían buenos hombres acá, así que se fue al
exterior y allá cambio, se le subió el excremento a la cabeza y de la noche a
la mañana se convirtió en una persona muy diferente a la muchacha sencilla que
era, ella siempre hacía cosas que me molestaban, pero siempre he sido de las
personas que se contentan rápido con la gente y que pasa por alto las ofensas,
hablaba con ella por facebook, le contaba mis cosas pero noté que ella ya no me
comentaba sus cosas, era muy reservada, así que le respeté eso, un día le comenté
algo muy grave, algo que me tenía muy triste, y me respondió algo que me dolió
en lo profundo de mi alma, en vez de consolarme minimizó mi situación, me hizo
entender que no debía darme mala vida, cuando era algo delicado de salud y
donde yo estaba preocupada.
Pasaron las semanas y me sentí derrumbada,
mal, llorando, necesitando aliento, así que ella me volvió a escribir preguntando
por mi problema, más por entrepitura que por preocupación, pero esta vez le fui
clara y le dije que ya no le compartiría algunas cosas de mi vida, en especial
ese tema, el hecho es que me desahogué en uno de mis blogs, sin decir su nombre
claro está, pero ella lo leyó, y aunque ya habíamos hablado que me había herido
su comentario, ella se hizo la víctima y prácticamente me escribió una carta
tipo testamento donde me insultaba, decía que era yo la imprudente, cuando ella
en cientos de ocasiones había sido una grosera conmigo y yo se lo pasaba por
alto, ella siempre me decía lo que le molestaba de mí y yo lo aceptaba con
humildad y agachaba la cabeza, pero cuando fue mi turno de romper el silencio y
decirle algo que me había lastimado en lo profundo del alma fue ella la que se
hizo la ofendida, me hizo entender que yo no era su amiga por “hablar a sus
espaldas” es decir, por haber escrito lo que escribí en mi blog, cosa que es
absurda pues en ningún momento la identificaba, ni decía su nombre, en fin, me
sacó de su facebook y jamás pensé que lo haría pues habían sido muchos años de
amistad, sin embargo sentí como que Dios me quitó un peso de encima, siempre
fui su amiga, pero empecé a recordar las muchas veces que ella ya me había
fallado, en las que sin percatarse me ofendía, y por otro lado su pesimismo era
tan contagioso que cuando estaba acá en el país dejaba una atmosfera negativa
respecto a la nación que uno terminaba sintiéndose tan miserable, cosa que ya
no siento y me complace no haberme ido a vivir a otro lado pues soy muy dichosa
acá.
Si alguien que decía ser tu mejor amiga
asume una actitud tan infantil como la de dejarte hablar echando a la basura
años de amistad, probablemente exista una buena razón para dejar salir a esas
gente, Dios nos libra de personas que en vez de bien terminan influenciando
nuestra vida para mal. Como era una
persona que no le importó en lo más mínimo los años de amistad y su mensaje al
eliminarme es: “No quiero saber nada de ti ni ser tu amiga” no me sentí mal
sino agradecida con la vida que sacara a alguien así por su propia cuenta, pues
quien no valora los años de amistad no es ni fue ni mucho menos será una buena
amiga, personas así están destinadas a estar siempre solas, a no tener genuinas
amistades. Después de esto Dios ha
colocado 3 nuevas amigas que me han sido de gran bendición, personas que yo
JAMÁS llegué a considerar amigas, pero fue como perder una mala “amiga” y ganar
a tres extraordinarias amigas con las que he aprendido a ver lo que representa
una verdadera amiga. Ah, respeto a la
enfermedad gracias a Dios todo salió bien, y pude levantarme de esa prueba,
estas tres amigas me ayudaron mucho, y con ellas si pude contar para palabras
de aliento, fe y esperanza, Dios me quitó una persona pesimista y añadió a mi
vida gente que me inyectaría fe en Él.
Así que no te entristezcas más por quien te
elimine de su vida ¡O de su facebook! jajajajaja, tal vez te están haciendo un
favor.
Con amor, Azucena.
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